Łódź fue un pequeño asentamiento situado en una ruta comercial entre Mazoviay Silesia. En el siglo XVI la ciudad tenía menos de 800 habitantes, la mayoría agricultores que trabajaban en granjas cercanas.
En 1793, debido a la segunda división de Polonia, Łódź pasó a formar parte de Prusia tomando el nombre pruso de Lodsch. En 1806 se unió al Gran Ducado de Varsovia creado por Napoleón I, y en 1815 pasó a formar parte de Rusia.
En 1850 Lodz formó parte de Polonia.
Lo que antiguamente era un pequeño asentamiento agrícola se convirtió en el siglo XIX en el mayor centro industrial de Polonia basando su crecimiento en la industria textil que atrajo una gran cantidad de mano de obra provocando un crecimiento de la población.
Hoy en día con casi 800.000 habitantes, Lodz es la segunda ciudad más poblada de Polonia (con una pequeña diferencia respecto a Cracovia).
PLANO URBANO
Como podemos observar, la ciudad tienen un plano de ángulos rectos, no obstante, posee un plano irregular. Es una gran ciudad y además es muy industrial. Tiene muchas zonas verdes, con diversos parques. Lodz es una ciudad con grandes áreas metropolitanas.
CULTURA
Una ciudad bastante antigua, aunque sus monumentos más importantes tienen poco más de un siglo, creció y se desarrolló gracias a la industria textil que en esta localidad (cuyo nombre quiere decir “barca” en español) encontró condiciones idóneas para crecer con toda su fuerza. Su céntrica localización permitió a que los jóvenes emprendedores del siglo XIX llegar a Lodz desde otras regiones polacas, de Alemania y hasta Rusia, incluidos sus ciudadanos de origen judío, todos ellos para construir sus fortunas.
Es ésta la razón por la cual la ciudad es una metáfora del crisol de cuatro culturas, reflejadas en la arquitectura de las mansiones de ricos fabricantes y monumentales fábricas textiles del siglo XIX.
Dado que esta ciudad no puede ofrecer monumentos más antiguos que otras ciudades polacas, destaca Lodz por el dinamismo de su desarrollo desde hace más de un siglo y que continua hoy en día. Es una ciudad joven que se siente orgullosa de su pasado y legado, y que quiere vincularlos con el presente.
Cada año, a finales de verano, se reproduce la vida de los representantes de las cuatro culturas: polaca, ortodoxa, judía y alemana, a través del Festival del Diálogo de las Cuatro Culturas con una oferta cultural variopinta y original.
La vértebra de la ciudad la constituye la calle Piotrkowska a lo largo de la cual, aparte de casas burguesas y palacios de los fabricantes, se desarrolla la vida social y artística de Lodz, sin olvidar exquisitos restaurantes en edificios del siglo XIX, terrazas desde primavera a verano, hasta los casi 100 pubs que reflejan las diferentes tendencias artísticas en decoración de la Lodz actual.
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