PROBLEMAS DE POLONIA
Las cifras son abrumadoras. Los analistas, sin embargo, discrepan sobre si el caso de Polonia constituye un milagro. En los últimos cuatro años, su producto interior bruto (PIB) ha aumentado un 15%, un repunte definido como “impresionante” por la Comisión Europea, sobre todo comparado con la contracción del 0,5% registrada por el conjunto de los Veintisiete en el mismo periodo. Suerte o milagro, a Polonia todavía le quedan muchas asignaturas pendientes y los datos más recientes muestran que el crecimiento se ha ralentizado.
Pese a ser el único miembro de la Unión Europea que no entró en recesión en 2009, cuando los primeros brotes de la crisis empezaban a manifestarse, Stanislaw Gomulka, del Business Center Club de Varsovia, es muy tajante. “Aquí no hay ningún milagro”, sostiene. “Polonia está mucho menos desarrollada que otros países del oeste y del norte de Europa”. Con una tasa de crecimiento del 4,3% en 2011, la tercera más alta de la UE, para el analista tampoco destaca entre las economías en vía de desarrollo. “Hay países que están avanzando a un ritmo mucho más rápido”, subraya.
Este vigor se debe también a una demanda interna muy fuerte, que en 2011 contribuyó con 3,3 puntos de PIB, es decir el 77% del crecimiento. El consumo de los hogares de sus 38 millones de habitantes creció un 3,2% en 2010 y un 3,1% a lo largo del año siguiente.Pasquale Diana, experto en Polonia deMorgan Stanley, tiene una visión distinta del caso polaco. Una economía más cerrada —las exportaciones corresponden al 40% del PIB, una cifra muy por debajo de sus vecinos comunitarios—, una política fiscal ventajosa, una bajada de crédito poco pronunciada, además de fuertes inversiones públicas —sobre todo en infraestructura— son las claves de este éxito, de acuerdo con el analista.
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